Esas manos



Esas manos
no llamaron
a ninguna puerta
no llenaron
un baul inútil
de riquezas efímeras.


Esas manos
grabaron con su fuego
que solo sirven
las manos
para ayudar a un hermano.


Calientes
abrazaron
y calmaron
y también se golpearon
impotentes
contra la mesa dura.


Dulces manos
que moldearon
juguete propios y ajenos
envidiados
por exactos.


Me duelen a mí
esas manos

que temblaron sin saberlo
y apretaron ya sin fuerza.




Esas manos
que llegaron al cielo, besaron el tiempo
se arrugaron ante el duelo
se cruzaron
y durmieron.


Hoy me secan estas lágrimas

me acarician desde adentro
me consuelan
me vuelven a cantar.


Y un día no se cuando

tocarán de nuevo las mías
para nunca más soltarlas
para encontrarnos de nuevo
y apretarlas
con estas manos

que hoy escriben
temblando


estas manos
extensiones nunca dignas
de esas manos
eternamente
santas manos.