Ese mar

Como cruzar la calle, si no hay paso
si el viento me empuja
si el viento me frena
atender esos ojos cerrando los míos
matar el rayo que me quema
que trasluce y tortura
que me fija la mirada y me condena
matar los otros ojos
trepar en venas candentes
crecer dentro y exalar el mismo aire
correr por el puente clausurado
llegar al otro lado y volver a empezar
maldita la regla, maldita la mente
el libro, el condenado no, la razón
la mediocridad de ser correcto
por locuras razones no
por locuras razones sí
cómo cruzar ese mar
si el muelle no me ata
si yo solito me amarro
a la tierra
segura
y condenada
de mis suertes.

Esas manos



Esas manos
no llamaron
a ninguna puerta
no llenaron
un baul inútil
de riquezas efímeras.


Esas manos
grabaron con su fuego
que solo sirven
las manos
para ayudar a un hermano.


Calientes
abrazaron
y calmaron
y también se golpearon
impotentes
contra la mesa dura.


Dulces manos
que moldearon
juguete propios y ajenos
envidiados
por exactos.


Me duelen a mí
esas manos

que temblaron sin saberlo
y apretaron ya sin fuerza.




Esas manos
que llegaron al cielo, besaron el tiempo
se arrugaron ante el duelo
se cruzaron
y durmieron.


Hoy me secan estas lágrimas

me acarician desde adentro
me consuelan
me vuelven a cantar.


Y un día no se cuando

tocarán de nuevo las mías
para nunca más soltarlas
para encontrarnos de nuevo
y apretarlas
con estas manos

que hoy escriben
temblando


estas manos
extensiones nunca dignas
de esas manos
eternamente
santas manos.